Bienvenido a La Carretera Expedientada

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un saludo, Félix Olivera

miércoles, 7 de febrero de 2018

Ya estamos todos otra vez

Había una vez un hermoso país donde a menudo anidaba el odio y la envidia entre sus gentes y donde hacerse rico sin trabajar y robar estaba a la orden del día. 
En este país la gente no estaba acostumbrada a rememorar su historia y poco a poco volvió a generar la misma situación que lo llevó a su primera guerra civil. Por eso al ver que ya estamos todos otra vez suplico un llamamiento a la paz entre los hermanos y hermanas de este hermoso país para que pare la crispación y regrese el razonamiento, la sensatez, la cordura y el menos común de todos los sentidos. El sentido común.
Y cumpliendo este objetivo no tener que volver a repetir que ya estamos todos otra vez nunca más.

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El Reloj de Arena Olvidado


El Reloj de Arena Olvidado

El orgulloso Faraón despertó esa mañana algo turbado pues sus sueños de la noche donde brillaba el Espejo del Tiempo junto a las Estrellas fueron intranquilos, ya que había presenciado el descenso sobre su palacio del dios Anubis, y este le había dicho algo que él apenas podía recordar en la mañana pero que sentía con gravedad en sus entrañas.
En esos momentos, el Faraón estaba junto a la mesa de su dormitorio y contemplaba el Reloj de Arena que le regaló su padre cuando era niño.
El Faraón estaba absorto en la lenta caída de la arena hacia el cristal de la base del reloj y recordó las crueles palabras de Anubis como un eco en el desierto.
-Dijo Anubis- Humano. Sólo eres un insignificante mortal pero cuando te lleve conmigo a la tierra de los muertos donde no alcanza la luz de Ra dejarás de ser el Faraón y tan solo quedará de ti lo que los gusanos, buitres, cuervos, mirlos y hienas no puedan llevarse consigo. Entonces, tu mayor obra habrán sido tus doscientos huesos roídos.
Así que olvida al pueblo esclavo y deja que el hebreo se marche hacia la Tierra Prometida.-sentenció Anubis.
De pronto, el Faraón regresó de su inopia, apartó su triste mirada del Reloj de Arena y se sintió como una insignificante piedrecilla situada en el centro de un Universo Infinito. 
**El reloj**. 
Y tras este pensamiento profundo el Faraón decidió dejar una buena obra antes de su muerte dejando partir al hebreo y a su pueblo.
Y es por esa razón que miles de años después su obra sigue siendo recordada en uno de los libros de cuentos mas universales y conocidos de la historia y que logró salvarse de la quema  de la Biblioteca de Alejandría.

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martes, 6 de febrero de 2018

Errores

No soy mis errores, no soy algo estancado ni podrido, no soy los comentarios que circulan por ahí de mi y que lanzaron quien no me conoce, soy y seré siempre quien yo decida ser.
No soy menos hombre ni más que los demás, no soy una imagen estática y definible con palabras.
Tan solo soy un hombre que fue niño y que creció a su pesar y que solo sabe que no sabe nada de la vida y que en realidad nada es realmente importante ante la verdad de que un día aciago o feliz para algunos todos vamos a morir.
Por tanto no soy mis errores ni mis fracasos y espero y deseo haber sido algo más que una simple y sucia falta de ortografía en el libro del mundo.
Un mundo lleno de gente que se cree que lo que ha escrito es y será lo mejor que se leerá. Solo aquellos que se ignoran salvan el mundo, y estos son los que no tienen miedo a equivocarse y a cometer errores. Pero que quede bien claro... 
NO SOY MIS ERRORES.

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